jueves, 6 de octubre de 2011

Mensaje a Darly Chagas En El Brasil



Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora

El Tiempo del triunfo del Inmaculado Corazón de María y la conversión en masa
18 de junio de 2011

Queridos hijos, es con mucho amor y cariño que vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Unidos a la Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.

Mis hijos, Mis pequeñitos hijos, siento gran alegría en encontraros a vosotros aquí reunidos, para Recibirme y confiando que Dios os envía este mensaje para vuestro crecimiento espiritual.
Estoy feliz también con los que vinieron por primera vez y por la hijita que está durmiendo en el cuarto, velada por su Ángel de la Guarda.

Dios os dio un Ángel de la Guarda, pero vosotros, la mayoría de los hijos, no ven lo que tienen, porque no lo podéis ver con los ojos de la carne. Cuando crezcáis en vuestra conversión, recordaos del Ángel de Dios que puso a vuestro lado para protegeros. Vos sentiréis la presencia de él y sabréis observar más vuestros errores, vuestros actos pecaminosos y procuraréis repararlos con más urgencia.

El Ángel de la Guarda cuida de vosotros día y noche sin cesar. Él es fiel compañero en vuestras alegrías, vuestros dolores, vuestras tristezas y vuestros sufrimientos.

Vosotros debéis encender una vela dedicada al él en agradecimiento por cuidaros.

Haced esto siempre que pudiereis y rezad la oración dedicada a él.

El Ángel es fiel a Dios. El cumple la misión que recibió de El con gran responsabilidad. Por esto comencéis a recordar a vuestros Ángeles de la Guarda con más amor por ellos.

Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a reflexionar sobre la fe, la importancia de ella en vuestras vidas y vosotros debéis cultivarla, debéis cultivar todas las semillitas con amor, buscando para ellas el Agua que brota del Corazón del Padre. Esta Agua es la vida, es la Divina Misericordia, es el Amor del Padre por vosotros, es el perdón que Él os da y todo lo que vosotros necesitáis siempre es dado por Dios.

La Fe necesita crecer para producir en vosotros el amor a Dios, amor verdadero, amor también por vuestras vidas y por vuestros hermanos. La fe necesita ser aumentada por vosotros todos los días de vuestras vidas.

Hay personas que dicen: “En estos días estoy débil, no estoy rezando, no presto atención al Cielo.”
¿Sabéis porqué Mis hijos? En verdad Yo os digo: “Cuando el hombre está ligado a cosas del Cielo, es porque él está desapegado de las cosas del mundo y cuando él se desliga del Cielo, él está volviendo a idolatrar la materia y en su corazón no hay paz."

Si el hombre estuviese sirviendo a Dios con amor, comprendería que necesita entregarle a Él su vida y no permanecería atendiendo a los impulsos de la materia.

La carne se envicia con todo, pero el espíritu no, el espíritu cobra del cuerpo el desapego, el espíritu desea la salvación.

Esto es una cosa que Dios quiere de todos vosotros, el desapego.

Vos estáis todavía llenando vuestras vidas de inutilidades, vosotros necesitáis llenarlas de cosas Eternas.

Vuestro cuerpo que en la tierra es materia, para entrar en la eternidad, el tendrá que ser transformado, por esto primero será purificado, después será santificado para vivir en el Cielo.

Escuchad lo que Dios revela ahora en este final de los tiempos, vosotros estáis siendo preparados para pasar vuestra purificación y después seréis santificados, para esto necesitáis de mucha fe y esperanza en Dios, porque viene llegando la hora en que Jesucristo os llamará de la tumba para la vida, como El llamó a Lázaro y lo resucitó de los muertos y salió hacia afuera de su tumba andando. Así vosotros también dejareis, vuestras tumbas atendiendo el Llamado de Jesucristo. Él os dará el día de vuestra resurrección y todos vosotros los convertidos seréis glorificados si realmente creéis en Dios.

Mis hijos, es entregándoos cada día más en las Manos de Dios que recibiréis todo lo bueno para vuestras vidas.

No permanezcáis tristes porque los sufrimientos para el mundo estén llegando, no permanezcáis abatidos, Jesucristo vino al mundo para salvaros. Él os da toda la consolación, no os desesperéis con nada.

Confiad que no estáis solos, el Señor os alimenta, Él os cubre de riquezas que no se acaban porque ellas son Eternas.

Él os da los Dones del Espíritu Santo y con ellos vosotros venceréis todas las batallas.

Lo material es cosa pasajera, ello es sólo para vuestra caminata en la tierra, lo material no es eterno.
Ahora vosotros entrareis en el tiempo en el que Dios va a exorcizar al mundo.

No es posible dejar que demoren más tantas tristezas en el mundo. Es necesario que venga la Misericordia de Dios para recuperar al hombre.

El mundo se está destruyendo, el pueblo de Dios necesita ayuda, vamos juntos a pedirle a El que venga sin demora, que venga de prisa a socorreros.

Mis hijos, Yo os alerto en el Nombre de Dios, viene para la humanidad una gran dificultad.

El mundo está parpadeando entre la vida, muerte, vida, muerte, una parte de la tierra en vida, otra parte de la tierra en muerte. Vida para el que quiera convertirse y persevera en la unión con Dios.

Muchas personas se convierten y ven que toma tiempo largo la conversión y de repente se debilitan y pueden caer en el fuego del infierno.

Muchos hijos pierden la esperanza y no vuelven más a interesarse por la vida Eterna, ellos se desesperan.

Mis hijos, están llegando tantos sufrimientos para el mundo que si la humanidad no reza, ella no sobrevivirá.

Es esto lo que vengo a revelaros en este mensaje para vuestra conversión. Dense prisa en vuestra conversión, un terrible acontecimiento mundial hará que todos los hombres piensen más en Dios.

Rezad, rezad, rezad por el Santo Padre el Papa Benedicto XVI, por todo el clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.

Rezad por los ateos y paganos, ellos necesitan de vuestra ayuda, está quedando corto tiempo para que ellos se conviertan.

Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, unidos, vosotros sois la familia de Dios, no debéis separarse, principalmente ahora cuando tendréis que dar las manos los unos a otros.

Deseo que todos seáis velas encendidas en el mundo, el acontecimiento está llegando, podrá quitaros de vuestros corazones la paz que todavía hay en medio de vosotros y os llevará al desespero.

Dios quiere para vosotros la paz y la felicidad eterna. La paz que vos tenéis ahora es pasajera porque el hombre inventó la guerra y ella está nuevamente a las puertas del mundo.

Cuando comience la guerra, comenzará también el hambre más fuerte, las enfermedades aumentarán y esta vez, la guerra será peor que las otras que ya sucedieron, porque la humanidad está pisando la Ayuda que Dios está ofreciendo para ella.

Meditad sobre esto y rezad, ayudéis al Santo Padre el Papa necesita también de vuestra ayuda para buscar a las ovejas descarriadas, es necesario hacer esto con urgencia.

El Santo Padre el Papa está a punto de pasar por una gran dificultad, mucho sufrimiento.

Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.

Brasil, Brasil, viene llegando para ti un tiempo de más sufrimientos.

La matanza de los inocentes aquí en Brasil está cada día mayor. El mundo entero pasará por un gran castigo y quien no pida perdón a Dios tendrá un castigo más fuerte que caerá en el fuego del infierno. A todos vosotros que estáis presentes, Yo os agradezco, a los que no pudieron venir, Yo comprendo y os perdono, sé que quisieran estar aquí, pero no fue posible. Vosotros que aquí vinieron por primera vez, llevéis en vuestros corazones Mi Pedido: rezad Conmigo en casa, en el trabajo, en las calles, en todo lugar, para ayudar a salvar las almas del mundo entero.

Nuestras oraciones harán que todos los cristianos regresen a Dios con más urgencia. Llevad en vuestros corazones las Gracias que Dios me dio para entregarlas a vosotros.

Vosotros estáis aquí porque Dios os llamó y si quieren ayudar en la salvación del mundo, den el testimonio de vuestro ‘si’ a Dios con vuestras vidas.

Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,

María, la Inmaculada Concepción
Debéis reflexionar en el Santo Evangelio de hoy: Mateo 6,24-34