sábado, 29 de octubre de 2011

Guettos en La Gran Tribulación: el sueño de Ariel


A continuación relato un sueño que tuve en la primera semana de Marzo del 2011:

Comenzó la huída durante la noche, de madrugada, nos escondíamos los que sabíamos sobre la marca, el escenario era en el barrio donde vivo (Paraguay) vi muchas personas dejándolo todo, saliendo sin nada, marchando, como un éxodo, me llamó la atención que no vi solo a cristianos, sino a muchos otros que no querían entrar bajo el nuevo régimen, y eran muchas las personas, entre ellos estaban muchos católicos, personas que yo conozco, compañeros, vecinos etc. 


Las calles estaban a oscuras, solo se veían algunas luces encendidas de las viviendas, pero los alumbrados públicos no funcionaban. 

Yo no vi el rapto, ni lo que vi tampoco era momentos después del rapto, estaba en medio de esta huida; era como si el nuevo régimen ya había entrado en vigor.

Años atrás leí testimonios de personas que habían tenido este tipo de experiencias, como el de Ken Peters, y de otros hermanos en la fe, donde describían el escenario en estos países desarrollados, pero siempre me pregunté ¿cómo sería ese tiempo de tribulación en los países pequeños y subdesarrollados? Y el Señor me lo mostró, sin que se lo haya pedido.

Todas las personas íbamos hacia la misma dirección, como por instinto, hacia las villas o barrios pobres. Y llegamos primero cerca de un territorio militar que parecía despejado,  vimos algunos soldados, pero éstos no estaban relacionados "directamente" con nuestros persecutores, (porque huíamos de agentes que nos buscaban), atravesamos este terreno con la intención de ir llegar más rápido a la villa y sin ser vistos, sin embargo, de repente todos comienzan a correr, ahí veo a una amiga, que no es cristiana, y le pregunté qué hacía ella allí, solo me respondió que intentaría escapar, en un abrir y cerrar de ojos ya no ví a nadie, todos huyeron. 

Y, a lo lejos vi que venían los persecutores en vehículos, como en una caravana de autos, solo se veían las luces de los faros, me asusté y me di cuenta que ya no podía correr sino buscar un escondite, allí aparece un soldado de este puesto militar le pregunté donde me podía esconder, y en pocos segundos intenté hablarle de Jesús explicarle lo que estaba sucediendo, además de entregarle un tratado, pero la caravana ya estaba llegando, dejé caer el tratado y me tiré debajo de un banco de mármol que estaba adosado a un muro, estaba en abandono y lleno de malezas, a mi no me quedaba otra que esconderme debajo de esto, fue horrible, pues vi perfectamente que yo estaba entre arañas y muchos insectos, y cómo ya llegó la caravana, no me quedó otra que callarme y aguantar allí debajo.

Entonces veo a “esta gente”, no estaban vestidos como agentes policiales, sino que estaban vestidos de civiles, pero yo sabía que eran del anticristo, y cuando encontraron el tratado que se me había caído y que el soldado lo había tomado, se enojaron y estos reprendieron al soldado, comenzaron a amenazarlo. 


Entonces me buscaron y uno de ellos me encontró, me quitó fuera y me comienzan a hacer preguntas, yo estaba tan asustado que no respondía nada, me tuvieron un tiempo en ese lugar, hasta que en un descuido “no sé cómo” logro escapar corriendo y tomé un camino de tierra; pero lo raro fue que ellos me dejaron escapar, pero después entendí que lo hicieron con una intención, es como si fuera que ellos sabían a donde yo huiría.

Corrí  y encontré a otras personas, todos nos dirigíamos hacia los barrios pobres, no sé cómo ni por qué, pero íbamos allí, vi la vivienda de un conocido, cristiano (integrante de la alabanza en la iglesia) y me escondí en su casa, otras personas entraron conmigo. 

Después de poco,  los agentes nos habían identificado y escuchamos que forzaron la vivienda para ingresar, entonces  buscamos escondites en esta casa, pero los dueños (que eran cristianos dejados atrás) no se escondieron, (porque se sentían "seguros", no entendían  nada de lo que les sucedería) entonces los agentes lo tomaron a él a su esposa y a su hijita (de unos tres años), automáticamente se los llevaron, y no nos vieron, cuando ellos salieron volvimos a correr; yo corría con unos desconocidos. 

Entonces, teníamos que pasar por una suerte de “peaje” de los marginales, unas mujeres me siguieron y todas temían, entonces tuve que mediar por todos para pasar por este barrio. 

Hablo con uno de los cabecillas e inesperadamente  nos dejan pasar sin ningún problema, a mí me pareció muy raro, en el fondo me parecía todo una trampa, pero continúe;  sin más, entramos a esta pequeña favela, y nos permiten pasar por un depósito abandonado rústico, sucio y sin luz,  allí una triste escena, la de dos infantes moribundos en el suelo, sin que nadie los socorriera, pero todos continuamos atravesando sin preguntarnos nada, salimos a la otra calle, y en este punto parece que se cambia la escena, aparecemos en otra ciudad vecina a Asunción, y era San Bernardino  y nuevamente vemos a decenas de personas huyendo, ahora ya era de día.

En este momento había una diferencia, así como habían personas que seguíamos la misma dirección, otras venían en sentido contrario, vi conocidos entre estas personas, colegas universitarios, que, al ver lo que les esperaba retrocedían, me decían: -no lo soportaré.- 

Entendí entonces que todo era una trampa, “estas personas”, los agentes sabían hacía qué lugar íbamos a huir, y en esta ciudad “Sanber” prepararon una especie de   “ghetto” nazi (*). 



A medida que más nos adentrábamos comenzamos a sentir un miedo atroz, más personas retrocedían. Si bien me sentía fuerte, por dentro desfallecía de terror, sabía que torturas y una cruel muerte me esperaba, no sé cómo explicar ese momento de tanto horror;  más aun después de ver como “bienvenida” a este ghetto, el cuerpo desnudo y partido por la mitad de un hombre en un charco de sangre mezclado con agua, tirado en el empedrado.

Era como un barrio cerrado, y vi que los “encargados” estaban vestidos de civiles, sabía que era verano por las vestimentas y por la ciudad en sí que tiene vida solo en el verano;  y nos recibían con cierta amabilidad, al mismo tiempo vi que las caravanas de vehículos (carros)  llegaban trayendo más personas a este lugar. 

En este caso, éstos persecutores eran personas jóvenes, y la mayoría eran los hijos de familias adineradas, que participaban en esta persecución como en un juego de “cacería a los rebeldes”.

Vi que éstos estaban marcados en la mano, no pude identificar qué decía en sus manos, solo vi una marca  en sus manos. 

Estos jóvenes estaban como drogados, totalmente perdidos, algunos andaban desnudos entregados a la inmoralidad, en estado de inconsciencia debido a las drogas, creo yo, parecían controlados mentalmente, no estaba seguro.

Apo 13:15 También le fue permitido dar aliento a la imagen de la bestia salvaje, y hará que den muerte a todos los que no adoran a la imagen de la bestia salvaje. Apo 13:16 También hará que a todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, les sea puesta una marca en su mano derecha o en su frente,

Apo 13:17 de modo tal que ninguno pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca del nombre de la bestia savaje, o el número de su nombre.

Apo 13:18 Aquí hay sabiduría.  El que tenga discernimiento calcule el número de la bestia salvaje, porque es número de hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis.

Entonces me quedé parado, desconcertado pero a pesar de todo estaba decido de llegar hasta el final y morir por el testimonio de Cristo. 

En eso, uno de los agentes, encargado del lugar, un hombre de unos treinta años se me acerca y me propone "educada y cordialmente" que me vuelva atrás, que desista de Cristo, (ya casi no habían personas hasta ese punto donde llegué la mayoría retrocedió y se hizo parte del nuevo régimen) me decía que no iba a resistir, era como si me aconsejaba como un amigo: - "...desiste, ...vive, ...no resistirás, no vas a aguantar”.- 

Yo lo escuchaba, y comencé a dudar si continuaría hasta el fin, ¡también yo quise retroceder!, era tanta la presión mental y psicológica en este lugar, ver esas imágenes, estando solo en aquel lugar, ni siquiera podía orar estaba gobernado por el pánico. El olor a sangre me daban náuseas.


Este mismo hombre, me lleva a una suerte de establo o galpón, cubierto totalmente con chapas viejas ennegrecidas, y me dice:  -ven a ver cómo son torturados-, yo sin responder nada lo seguí, entonces él levantó una de esas chapas, y,… ¡Señor mío!, vi una escena horrenda, que de solo mirarla quise desistir de lo que me propuse. 

No quería sufrir de ese modo y aun no puedo creer que en el sueño ¡yo! dudaba, ¡yo! que sigo al Señor por años, que digo que lo amo, que tengo una comunión con Él, ¡yo también estaba a punto de desistir, lo iba a negar!,…

Apo 14:12 Aquí esta la perseverencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

… y te digo a ti que lees esto, quienquiera quién seas, si conoces a Jesucristo y vives una vida cómoda, si no te estás preparando como la “novia del Hijo de Dios”, tu también te quedarás, 

El viene a buscar a los que lo esperan y viven cuidado día a día sus vestiduras, sin manchas ni arrugas,  aquellos que andan en la “senda antigua” guardando y anunciado el testimonio de Jesucristo, los llaman los locos, exagerados, religiosos, fanáticos o traumados con el rapto, y estos rechazan estas nuevas doctrinas de prosperidad, éxito, etc. 

Por eso tu sigue el camino de Jesucristo, sus palabras, sus enseñanzas, el verdadero evangelio, ora y que Dios te diga si estás en el camino seguro, pregúntale si estás listo para el rapto, pero clama al Señor y El responderá. Pero hazlo HOY.

Continuo, esta escena horrenda era ver este galpón lleno de tinas de baño o bañeras y en cada una de ellas una persona siendo torturada. 

Solo quería llorar al ver esto, era de terror, vi el rostro de uno de ellos, el que estaba más próximo a la ventana, el mismo estaba con la cara casi toda deformada, ya no se distinguían sus rasgos, estaba ensangrentando con perforaciones en el rostro en ese momento lo habían dejado descansar en esta tina, después continuaría siendo torturado hasta que reniegue su fe. 

Estos hombres no desistirán fácilmente en su objetivo de marcar a todos, pues Satanás no dejará escapar a uno solo, y hará lo posible para marcar a todos. Con esa escena terminó el sueño.

Apo 13:10 Si alguno lleva al cautiverio, va al cautiverio; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto.  Aquí está la perseverencia y la fe de los santos.

La gran tribulación o la gran aflicción se viene, es una realidad y ya todo está en marcha. Si aun no se llevó a cabo es porque la iglesia está en la tierra, pero todo sucederá muy pronto. 

Arrepiéntete y búscalo hoy, pues no sabes si habrá tiempo mañana.

Dios te bendiga.

Mat 24:13 pero el que persevere hasta el fin, será salvo


Ariel Cabrera

(*) Un gueto es un área separada para la vivienda de un determinado origen étnico, cultural o religioso, voluntaria o involuntariamente, en mayor o menor reclusión. En 1941 se habían establecido ghettos en todo el territorio polaco que servían como centros de concentración para los esfuerzos de expulsión. Posteriormente, a partir de la decisión de llevar a cabo la Solución Final, en marzo de 1941, y más aceleradamente desde la primavera de 1942, se convirtieron en centros de deportación para los centros de exterminio.